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Mostrando entradas de agosto, 2009

El poder de la palabra

Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron cuán hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas. Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras ranas seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles. Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud de ranas le gritó que dejara de sufrir y simplemente se dispusiera a morir. Pero la rana saltó cada vez con más fuerza hasta que finalmente salió del hoyo. Cuando salió, las otras ranas le preguntaron: ¿No escuchaste lo que te decíamos? La rana les explicó que era sorda. Ella pensó que las demás la estaban animando a es

Lo fatal (Ruben Darío)

Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, Y más la piedra dura porque esa ya no siente, Pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, Ni mayor pesadumbre que la vida consciente. Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, Y el temor de haber sido y un futuro terror... Y el espanto seguro de estar mañana muerto, Y sufrir por la vida y por la sombra y por Lo que no conocemos y apenas sospechamos, Y la carne que tienta con sus frescos racimos, Y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, ¡Y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos!