Mucha gente pasa por la vida sin mirar más allá de una obligación que cumplir pero la vida es más que eso...
Dicen por ahí que no hay camino, que se hace al andar, y me parece totalmente acertado porque lo que funciona para unos, para otros es probable que no lo haga o no necesariamente funcione de la misma manera.
Uno de los motivos más fuertes de incomodidades y disgustos dentro de un círculo familiar (en otros círculos me parece que no es tan marcado al existir vínculos más livianos) es la poca capacidad que hay de visualizar a cada integrante como un individuo, estos conceptos se desarrollan de distintas maneras a lo largo de generaciones, algunos piensan que sus hijos son extensiones de si mismos o pueden verlos como personas incapaces de valerse por si solos, entre hermanos pueden crearse vículos sobreprotectores o que se asuman responsabilidades de tipo padre-hijo, de la misma manera entre los padres pueden existir relaciones que promuevan conceptos erróneos no sólo centre ellos, si no con los hijos y así pasan por mi mente tantos casos y situaciones.
No somos extensiones de nuestros padres y nuestros hijos jamás serán extensiones nuestras. No busquemos cumplir un sueño por medio de alguien más. Respetemos y exijamos respeto por mantener la integridad de nuestro espacio como seres individuales.
Hay que agradecer a nuestros padres por la vida, por la educación y los valores que nos inculcaron desde pequeños, hacerles un justo homenaje por los sacrificios y por el tiempo que nos cuidaron y protegieron para que crecieramos.
El respeto y el agradecimiento pueden fácilmente confundirse con obligación, toda acción tiene su reacción, aunque tomemos en cuenta que los hijos no son medios para vivir distinto, son más bien milagros de la vida y que al tenerlos ponemos nuestro granito de arena con el universo y por lo mismo, el universo no nos debe nada, absolutamente nada más que amar y respetar la elección de los que nos rodean.
El punto de todo esto es que como padres, hijos, hermanos o cualquier otro vínculo que nos una a un círculo familiar, debemos buscar siempre un balance, reconocer que cada uno de nosotros posee características y habilidades únicas, que no somos responsables por nada más que nuestra vida y que sólo a nosotros nos debemos el rumbo que querramos darle, aprender a vivir en armonía con los que nos acompañan en el tiempo que pasamos por el mundo, dejar a un lado costumbres e ideas que no son propias y lo más importante, respetar con amor.
No hay que perder de vista que no existe dentro del amor una virtud más grande que la libertad de acción, porque si la tendencia es pretender que los que están a mi lado alcancen la felicidad al grado que yo la tengo, no necesariamente lo tienen que realizar con los mismos métodos y normas que me funcionaron a mi, porque mis circunstancias fueron distintas, porque yo soy una persona individual muy distinta en gustos y preferencias y porque el único ciclo de la vida que todos tenemos en común es "nacer, vivir y morir", lo que se hace en medio de cada uno de esos pasos es decisión individual.
La felicidad para algunos es un concepto, para otros un estado, puede ser un sentimiento, pera mi es una forma de vida, y por esto me atrevo a decir que cada uno la puede ver desde perspectivas distintas y por lo mismo, habrán distintas maneras de alcanzarla y de vivir feliz para siempre.
Dicen por ahí que no hay camino, que se hace al andar, y me parece totalmente acertado porque lo que funciona para unos, para otros es probable que no lo haga o no necesariamente funcione de la misma manera.
Uno de los motivos más fuertes de incomodidades y disgustos dentro de un círculo familiar (en otros círculos me parece que no es tan marcado al existir vínculos más livianos) es la poca capacidad que hay de visualizar a cada integrante como un individuo, estos conceptos se desarrollan de distintas maneras a lo largo de generaciones, algunos piensan que sus hijos son extensiones de si mismos o pueden verlos como personas incapaces de valerse por si solos, entre hermanos pueden crearse vículos sobreprotectores o que se asuman responsabilidades de tipo padre-hijo, de la misma manera entre los padres pueden existir relaciones que promuevan conceptos erróneos no sólo centre ellos, si no con los hijos y así pasan por mi mente tantos casos y situaciones.
No somos extensiones de nuestros padres y nuestros hijos jamás serán extensiones nuestras. No busquemos cumplir un sueño por medio de alguien más. Respetemos y exijamos respeto por mantener la integridad de nuestro espacio como seres individuales.
Hay que agradecer a nuestros padres por la vida, por la educación y los valores que nos inculcaron desde pequeños, hacerles un justo homenaje por los sacrificios y por el tiempo que nos cuidaron y protegieron para que crecieramos.
El respeto y el agradecimiento pueden fácilmente confundirse con obligación, toda acción tiene su reacción, aunque tomemos en cuenta que los hijos no son medios para vivir distinto, son más bien milagros de la vida y que al tenerlos ponemos nuestro granito de arena con el universo y por lo mismo, el universo no nos debe nada, absolutamente nada más que amar y respetar la elección de los que nos rodean.
El punto de todo esto es que como padres, hijos, hermanos o cualquier otro vínculo que nos una a un círculo familiar, debemos buscar siempre un balance, reconocer que cada uno de nosotros posee características y habilidades únicas, que no somos responsables por nada más que nuestra vida y que sólo a nosotros nos debemos el rumbo que querramos darle, aprender a vivir en armonía con los que nos acompañan en el tiempo que pasamos por el mundo, dejar a un lado costumbres e ideas que no son propias y lo más importante, respetar con amor.
No hay que perder de vista que no existe dentro del amor una virtud más grande que la libertad de acción, porque si la tendencia es pretender que los que están a mi lado alcancen la felicidad al grado que yo la tengo, no necesariamente lo tienen que realizar con los mismos métodos y normas que me funcionaron a mi, porque mis circunstancias fueron distintas, porque yo soy una persona individual muy distinta en gustos y preferencias y porque el único ciclo de la vida que todos tenemos en común es "nacer, vivir y morir", lo que se hace en medio de cada uno de esos pasos es decisión individual.
La felicidad para algunos es un concepto, para otros un estado, puede ser un sentimiento, pera mi es una forma de vida, y por esto me atrevo a decir que cada uno la puede ver desde perspectivas distintas y por lo mismo, habrán distintas maneras de alcanzarla y de vivir feliz para siempre.
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