Cuando tratamos de cambiar al mundo y olvidamos que solo podemos hacerlo cambiando desde el interior nosotros mismos, nos llenamos de tantas emociones negativas que se vuelve un círculo en el que no podemos ver la salida.
Muchas veces tratamos de "arreglar" al mundo, a las personas que están a nuestro alrededor, a nuestros vecinos, a nuestra familia, a nuestros amigos, en fin, tratamos de "arreglarle la vida" a cuanta persona se cruza en nuestro camino. Algunas veces hay cierta confusión sobre el límite donde inician los demás y donde iniciamos nosotros mismos.
Tal vez te sientas identificado con las frases "es por su bien", "yo solo quiero lo mejor para ella", "no, es que es mucho para esa persona y no sabrá cómo manejarlo", "le voy a quitar esto de aquí porque lo va a olvidar", "yo solo quiero ayudarte", "es que si no lo hago, el no lo va a hacer" y así tantas más que van en ésta dirección.
Sé por experiencia propia, que cuando uno se encuentra dentro de la tormenta es tan difícil ver que es solo eso, una tormenta, y es más difícil entender lo que la gente a nuestro lado trata de decirnos para sacarnos de ahí, porque en nuestra mente la realidad es distinta. Me parece que una buena forma de salir y regresar a la calma es enfocarnos en nosotros mismos, en nuestra vida, en nuestro interior. Sé que alguien pensará que eso no se puede porque hay cosas urgentes que resolver, pero hay que detenerse un momento y pensar si realmente esas cosas son urgentes para ti o para alguien más, y si son para ti, tal vez debas preguntarte si es importante... pero importante para tu crecimiento como ser humano o crees que lo es para “ayudar” a alguien más.
Si aprendiéramos un poco más la lección que da el procedimiento de emergencia cuando ocurre una despresurización dentro de un avión, te dicen: "Tire de la mascarilla, póngasela sobre la nariz y la boca y respire", no te dicen “Tire de cualquier otra mascarilla que no sea la suya y ayude a la gente que tiene a su lado, cuando ya nadie necesite su ayuda y estén a salvo, vea si aún tiene aliento para ponerse su mascarilla”. Recomiendan primero yo y luego ver si alguien más necesita ayuda, aún y cuando quien viaje a su lado sea su hijo pequeño. SIEMPRE primero usted y luego su hijo, la lección es "si usted no se pone primero la mascarilla, corre el riesgo de desmayarse por falta de oxígeno y tal vez no logre ponérsela a su hijo (o cualquier otra persona a su lado)” ambos estarían en peligro.
Lo mismo es aplicable a todas las situaciones de la vida cotidiana, si yo no estoy bien, es poco probable que pueda ayudar a los que me rodean, por simple que sea la tarea, si yo no soy completamente feliz, no puedo hacer feliz a nadie más.
Mucho se ha escrito y se escucha sobre la frase "si no te amas a ti mismo, no puedes amar a los demás", y es impresionante como ignoramos el significado, o porque es más fácil pensar "a mí no me pasa" o porque no entendemos la profundidad de la frase.
Amarte a ti mismo es respetarte, desde las necesidades básicas como aliviar tu sed en cuanto surge, o ir al baño y no esperar hasta que ya no aguantas más (sabias que si esperas mucho tiempo desde que tienes ganas de ir al baño hasta que ya no aguantas ni un segundo más puede darte estreñimiento o puede provocarte incontinencia urinaria??)... muchas veces sentimos que la gente que más amamos no nos respetan como seres humanos, incluso gente que no conocemos tan bien lo hacen, pero ponte a pensar que si tú mismo no te respetas en algo tan sencillo y pequeño, como puedes esperar que la gente que observa tu comportamiento te respete??
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